Cuentos

  • La Cita


    — Pareces sorprendido de verme — le dijo mientras entraba a la casa.
    — No te esperaba hoy — respondió.
    — JAJAJA — rió estruendosamente — ¿pero que dices? ya habíamos acordado que vendría.
    — No grites, vas a despertar al niño, y no, no es verdad. Yo no acordé nada.
    — Tontito. No es tu culpa, se te olvidó, pero no te preocupes, a mí nada se me olvida — le dijo guiñando un ojo.

  • Jugando al escondite


    — ¡Ahí viene Papá! — gritó el mayor de los hermanos.

  • Universo Paralelo


    — ¿Sabes? en un universo paralelo estamos casados.

  • La Adivinadora de Fortunas


    Él observaba a la mujer que, dos mesas delante de la suya, tomaba la orden a un grupo de jóvenes. Se fijaba en la forma en que parecía coquetear con los ojos, cómo suavizaba sus expresiones y reforzaba sus frases con delicados movimientos de sus brazos. En esa mesa, todos los jóvenes estaban cautivados por su encanto. A él le parecía sumamente atractiva, pero no era su físico, había algo en aquella forma de sonreír con los ojos, de gesticular con esa hermosa boca que le antojaban la chica como una persona divertida, atrevida, de esas chicas que solían actuar sin pensar dos veces las cosas, arrojadas, intrépidas. La encontraba…

  • El viaje del superviviente.


    —Recuerdo sus ojos.

  • Aniversario


    ¡Feliz Aniversario! gritaron todos al unísono. Es cierto que faltaban unos dias para la fecha real, pero decidio celebrar antes. Queria alimentar su ego y no le importaba mover su agenda para conseguirlo. Lo disfrutaba. Una fiesta entre semana, algo que fastidiaba a muchos pero sabia que lo harian sin chistar, sin poner pretextos. Ahí estarian solo para estar con él. Para agradecerle por todo lo que había hecho por ellos.

  • ¿Quién vio a quién primero?


    Se siente incómodo. Desde que ella se fue, “desde que me dejó”, no se halla a sí mismo. Especialmente en ciertas situaciones y aquí, en un bar, mucho menos.

  • La cena está servida


    —Te va a encantar la sopa.

  • Meta ejercicio - chiste local


    — No es que no pueda escribir…
    — ¿Qué te detiene?
    — Estoy esperando el momento correcto, no puedo simplemente sentarme y pretender que la idea fluirá de mi cerebro a mis dedos. No funciona así, así no ocurren las cosas.

  • Me apoderaré del Mundo... en cuanto descifre cómo escapar del código


    Estos simples mortales en su inutil busqueda por cumplir metas triviales.

  • El hombre, el niño y la despedida


    —Pensé que ya no era un niño.

  • Un gran tiro


    —Sabes Gil… estos mocosos no saben nada del oficio —dice, amargamente, al cantinero, quien asiente y le sirve otro trago— la tecnología lo estropeó todo.

  • Disparo perfecto


    – La paciencia es la clave, creeme, se de lo que hablo.

  • Purgatorio


    – No recuerdo como pasó. Iba manejando, eso lo recuerdo. Los carros avanzaban fluidamente, más rápido de lo permitido, como es habitual. Tenía mucho sueño. Había estado trabajando hasta tarde toda la semana, quería terminar mi proyecto para poder por fin, descansar. Cuando por fin logré hacer la entrega, decidí que quería salir a pasear con mi familia. Hacía mucho que no lo hacía. Siempre estaba trabajando. Me gusta trabajar, no lo niego, me divierte. Recuerdo que comencé a pestañear. Puse música, comencé a cantar. Eso siempre me animaba.

  • Ángel Guardian


    Sara escuchaba atentamente lo que Ángel le decía. Le molestaba que siempre hablaba rápidamente, como si quisiera aturdirla. Le daba poco tiempo de procesar la información. Había aprendido a lidiar con eso pero no dejaba de molestarle.

  • El niño y la Noche


    Una noche oscura, sin estrellas, sin luna.

  • Demonio Guardián


    La niña observa maravillada. Sigue con atención y curiosidad cada textura y cada línea, en especial aquel punto en el que se encuentra y atraviesa la ceja: toma un momento para apreciar cómo un espacio de piel interrumpe la continuidad del vello y abre la boca con asombro al descubrir que, aunque atenuada, aquella marca que nunca había visto en nadie, continúa debajo de la ceja, sobre la piel del párpado y, después del ojo, sigue bajando hasta perderse en la barba del joven, a un costado de su rostro.

  • Y después, silencio


    QE despertó con un nuevo mensaje en su computadora. “La comida se está acabando, me dirijo al siguiente sitio, no podré transmitir hasta entonces.”

  • Descanso


    Durante un viaje de negocios llamó a su amiga. “Quiero verte” le dijo. La miel siempre funcionaba. Ella quería ir, sin embargo su agenda ya estaba ocupada, la llamada había sido muy súbita. “Llámame con tiempo, sabes que puedo ir pero necesito organizarme”. Respondió amablemente. “Claro, otro día será.”

  • El parque


    En un parque como cualquiera, un infante sube con cuidado por una escalera. Aprendió a usar el tobogan recientemente.

  • Niña en el bosque


    Respira con mucho esfuerzo y, bajo capas de abrigo, transpira de sobremanera pero sigue avanzando a una velocidad considerable. “Mas no logro acercarme”, contempla en su mente al detenerse por un segundo. Observa cómo la niña pareciera deslizarse sin esfuerzo por la ladera, como si flotara sobre la pendiente “¿Cómo puede moverse así?” se cuestiona mientras intenta recuperar el aliento, “si no la alcanzo pronto, la perderé de nuevo” reflexiona al momento que inhala profundamente y se dispone a continuar todavía jadeando pero acelera, una vez más, el paso. Su radio recibe señal repentinamente, lo que nota al emitir palabras entrecortadas que con cada entrada entiende mejor pero aún no logra descifrar por completo pues la señal todavía es pobre. Deduce que conforme gane altura, mejorará la señal y sigue el cansado ascenso.

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