QE despertó con un nuevo mensaje en su computadora. “La comida se está acabando, me dirijo al siguiente sitio, no podré transmitir hasta entonces.”

JRY era el único soldado vivo en el planeta T17. Su escuadrón completo había caído. La misión parecía sencilla al menos en papel. Una misión típica de colonización. Destruir algunos depredadores, instalar terraformadores, crear campamentos y esperar a los colonos. Nada complicado, nada que no se hubiese hecho antes.

Por desgracia un error de análisis convirtió la misión en un evento suicida. Los análisis jamás mostraron a los VRMS viviendo bajo la tierra. Los soldados aterrizaron y comenzaron la instalación de las bases. Todo parecía una misión sencilla que ayudaría a muchos a llevar dinero a casa, hasta que la paz terminó.

Muchos murieron mientras dormían. Los VRMS estudiaron los campamentos, emergieron durante la noche. Esperaron que hubiera confianza, fue una verdadera masacre.
Los soldados que no murieron estaban patrullando, sin embargo no estaban listos para hacer frente al enemigo. Desconocían el terreno y se vieron obligados a pelear de noche. Uno a uno fueron cayendo. Fueron pocos los que lograron sobrevivir.

“Tengo suerte la comida y el agua en este sitio están intactos, es verdaderamente una fortuna que a los VRMS no les gusten las papas deshidratadas”

JRY sobrevivió pero se separó de su escuadrón. El enemigo lo dio por muerto, esto lo ayudó a escapar. Para evitar llamar la atención, solo mantenía contacto escrito. Sabía que hablar o usar la radio podía hacer que los VRMS lo encontrasen. Tenían un excelente oido.

La distancia entre la base y el planeta T17, hacía imposible la comunicación directa. Así que adoptó un protocolo asíncrono. Transmitía cuando podía, no esperaba respuestas. Daba tanta información le fuera posible para poder recibir respuestas completas.

“Espero que en la nave de rescate envíen música, extraño no estar en silencio”

Cuando QE descubrió que JRY estaba vivo, inmediatamente lo anunció a sus superiores quienes lo escucharon con atención solo para decirle que para ellos JRY estaba muerto. Recuperarlo era un gasto, un gasto enorme que además suponía un riesgo. Eso no le gustaba a los inversionistas. Una pena que la colonización fuera dirigida por corporaciones.

QE no sabía que hacer. Todos los días leía los mensajes del último hombre sobre T17. Le parecía injusto abandonarlo pero sabía que no tenía poder para hacer algo. Buscó patrocinio, se acercó a filántropos. Algunos mostraron interés. Les parecía un pasatiempo interesante, algo heroico mandar comida, mandar agua. Todo para mantenerlo vivo. Algunos incluso pensaron convertir sus días finales en un reality show.

Nada de eso tenía sentido. QE sabía perfectamente que era imposible que JRY sobreviviera meses ahí. La comida no era problema, el agua tampoco. Sin embargo el oxígeno se acabaría en algún momento.

“La vista desde este planeta es hermosa, una lástima que esté lleno de monstruos”

Se perdió el interés de ayudar cuando se descubrió otro planeta. T18 era prometedor y daba la oportunidad de enviar drones por primera vez. No querían cometer el error de enviar humanos de nuevo sobretodo sabiendo que los drones no necesitan agua y comida.

“¿Te conté que tengo una hija? Le prometí que iríamos a una de las colonias cuando tuviera su licencia para dejar el planeta.”

QE revisó el mapa. Solo existían 10 bases instaladas. JRY había revisado al menos la mitad. Había llegado al punto más alto, solo le quedaba descender.

“Hoy vi un VRM de frente. No sabía que salían durante el día. Sentí que era mi fin y sin embargo, me sentí listo para terminar esta misión. Estoy cansado, ¿sabes? El peregrinar constante me agota. Estaba listo para irme”

QE recogió las cosas de su escritorio. El papeleo de la misión había terminado. Había sido asignado a otra base. No era su culpa, nunca lo fue. Solo hacía su trabajo. Todos hacían su trabajo, JRY sabía en lo que se metía.

“Estoy en la última base. No sé cuando pueda volver a transmitir. El traje está comprometido, no conserva la temperatura como antes. Quizás no estaba hecho para misiones tan largas. No lo sé. Cuando regrese escribiré una carta al fabricante, ¡JA! Van a escucharme. Amigo, gracias por todo.”

Después de eso, solo hubo silencio.